Los que conocen un poco de psicología, les sonará el principio del título de este post. Puede que no terminen de comprender qué tienen en común, el camino del héroe, el juego de la Oca y los Pokemon. Sin embargo, sí que lo tienen, y mucho. Si lo pensamos, los tres son distintos ejemplos de un mismo proceso, de una misma manera de vivir. El camino del héroe lo explicaba Joseph Campbel en su libro "El héroe de las mil caras". Aún no he podido leérmelo; pero no tardaré mucho en hacerlo. Trata de un héroe, que deja su cotidianeidad para enfrascarse en un camino, cuyo final le hará completamente diferente a como lo empezó. Si seguimos ese razonamiento, podemos ver cómo el juego de la Oca, tiene un paralelismo claro. Empieza una oca, pasa una serie de etapas, de sucesos, para llegar a un sitio mucho mejor. ¿Y los Pokemon? Igual, el héroe de turno deja su casa para iniciar un camino de pruebas que al superarlas, van abriendo nuevas posibilidades. ¿Os suena? No es nada nuevo. He puesto tres ejemplos; pero hay muchos más en juegos, en literatura, hasta en el deporte. ¿O no son caminos de héroes las competiciones como el mundial o la copa del país de turno? Hay dos ejemplos muy claros de ese camino: el Camino de Santiago y el Tarot. En el primero, quien lo ha hecho sabe que nunca vuelve la persona como lo empezó. El más habitual, el Francés, me sirve para ilustrar esta idea. El peregrino deja su hogar, sus rutinas y va al punto de partida, entre montañas, con una mochila que puede parecer que pesa poco. En el camino irá dejando cosas, comodidades e irá ganando experiencias, buenas y malas. Conocerá gente, verá paisajes. Hará cosas que ni esperaba hacer. Y llegará a Santiago, a la catedral. En cierta forma habrá recorrido un camino vital e iniciático. Camino iniciático representado por los arcanos del tarot donde empieza el caminante y termina siendo el emperador. Hay muchos ejemplos de ello, la mitología está llena... los trabajos de Hércules son una representación más o menos clara.
¿Yy si lo llevamos al día a día? Prácticamente igual. Nuestro día comienza al despertar. Y seguramente, cuando lleguemos al final del día no estaremos ni por asomo igual. Quizá más cansados. O habremos dejado cosas por conseguir otras. ¿No es la propia vida un camino de héroes, de inicio y de fin? Es algo que hemos interiorizado tanto que lo vemos con total naturalidad y casi ni nos percatamos de ello. Todos somos héroes, aunque no usemos mallas multicolor. Hasta se podría decir que nos vale la definición antigua de héroe como un hijo de un dios y de un mortal, como una forma de indicar que tenemos en nuestro interior algo diferente a la naturaleza que se ve, unos talentos que nos vienen dados y que sólo con esfuerzo y dedicación podremos llevar a su plenitud. Todos en este camino necesitamos que alguien camine a nuestro lado. Algunas veces lo entenderemos como un mentor, otras como un maestro, como un anciano, un sabio... No podemos caminar sin esa ayuda, de alguien que nos tienda una mano cuando nuestro pie resbale, que nos vaya enseñando... aunque nos toque dar cada paso a nosotros mismos y los caminos realmente sean distintos. Como en el juego de la Oca, necesitaremos la ayuda de otras ocas, hasta puede que nosotros seamos esa ayuda para otros que comiencen a caminar, que se atrevan a entrar en ese laberinto. Porque no es sencillo caminar solo. Necesitamos los unos de los otros, necesitamos que otros vayan abriendo caminos, que recorreran nuestros pasos más o menos seguros. Nuestra vida está llena de esos ejemplos. ¿Qué es, si no, la educación colegial? ¿Os imagináis que tuviéramos que partir de cero en lo que se refiere a conocimientos del medio, matemáticas, lengua...? Creo que más de uno pasaría toda su vida sin llegar siquiera a las ecuaciones. Y si bien, partimos de una realidad que nos es dada, también es una realidad de alternativas, de opciones, en las que somos protagonistas, podemos llevar las riendas, decidiendo. Escucharemos consejos, más o menos dependiendo del momento, pero son eso, consejos, no escudos. No podemos dejar que sean otros los que tomen las decisiones porque siempre hay un momento en que nos toca arriesgar.
Aunque no lo parezca, en ese camino, siempre subimos de nivel, aunque a veces nos debilitemos... tarde o temprano encontraremos un "centro pokemon" donde descansar y recuperar fuerzas. Una vez que te decides a empezar el camino, que dejas el miedo a lo desconocido atrás, todo te hará crecer. Podrás entenderlo como un camino con muchas etapas, que empiezan y acaban, o bien como muchos caminos. Una vez que lo descubras, irás avanzando en el camino a lo que verdaderamente estás llamado a ser. Y el aprendiz de las primeras etapas dejará paso al mentor, al maestro, al acompañante. Porque no es el camino de unos pocos, sino de todos. Y todos los que nos rodean han sido alguna vez aprendices y serás mentores de otros. No es una invitación para unos pocos, sino para todos, cada uno... repito... con su propio ritmo.
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