Llevo unos dias leyendo y escuchando noticias de quiebras de los bancos y de los planes de los diferentes gobiernos para solucionar los problemas ocasionados por las mismas. El último ha sido, o parece que lo va a ser después de la negativa de auxilio de sus "colegas" un banco alemán. Y me resulta tremendamente llamativo que se diga que tiene más "agujero" de lo que en un principio se creía. No se diferencia en uno o dos millones de euros, sino como que el agujero real es el triple o el cuádruple. Las cifras marean para los ciudadanos de a pie que nunca vrán tanto dinero junto; pero para los bancos hablar de miles de millones es como para nosotros hablar de euros. Todo depende de la cantidad que se maneje. No me lío. Mi pregunta es clara: ¿dónde están los auditores? Porque en cuanto la empresa es un poco grande, casi todos los años tienes la visita de un par o más personajillos con traje y cara de pocos amigos que revisan las cuentas minuciosamente, hasta el punto casi de contar los clips que tiene cada caja. Es un poco exagerado pero si eso lo hacen más o menos en una empresa, qué no harán en un banco, cuando se trata del dinero de miles y miles de personas. De esas auditorías suelen salir informes positivos, que firman esos señores con cara de pocos amigos (hay alguno majo, seguro). Informes que verifican que todo proceder es correcto, que las cuentas son claras y que el negocio va realmente como es, no como nos lo venden a los ciudadanos. Informes que se supone fiables y que Hacienda (esa que dicen que somos todos pero que parece que no es verdad) estudia con detenimiento para que no haya fraudes de ningun tipo. Si esos bancos, grandes en algunos casos como en EE.UU., han presentado quiebra es que el negocio no iba tan bien. Se están buscando soluciones; pero nadie habla de las responsabilidades de los auditores que tedrían que hber avisado del riesgo. ¿Qué ocurrió? Quizá en algunos casos llamaron la atención y se desoyeron sus advertencias. En otros casos quizá no fueron tan metódicos y se saltaron algunas parcelas millonarias. No lo sé; pero de ello curiosamente no se dice nada. Y me llama la atención. Quizá estén jugando los auditores al mus con la patronal y los sindicatos, pues de un tiempo a esta parte estos tres colectivos parecen billetes de 500 €, que supuestamente existen pero casi nadie ha visto uno. Quizá haya que ir a un vidente para que los encuentren con la bola de cristal.
Hablando de videntes, una noticia tremendamente extraña y llamativa, al menos para mí. Por lo visto la Unión Europea ha instado a España a que regule el mercado de la santería, de los videntes y de los astrólogos, tras comprobar que se mueve mucho dinero y que hay bastante "falso vidente". ¡Ah! ¿Es que hay alguno de verdad? Porque a mi eso de que se basen en la posición de las estrellas para decirme si me va a ir bien o mal me mosquea, pero que me pidan dinero para decírmelo me mosquea mucho más. ¿Cómo van a legislarlo? ¿Van a poner un título oficial? ¿Tendrán que ir la bruja Lola, Rappel y hasta Paco Porras a Hogwats para estudiar pociones con Snape o cosas así? No sé, pero si hacen un listado con los videntes de verdad, con los que aciertan, espero que lo publiquen para consultarles el número del Gordo de Navidad antes de diciembre. Y es que, para mí, que se cumplan esas predicciones es más difícil que a Pedro Solbes le den el premio Nobel de Economía. Desde luego espero que se metan con las falsísimas promesas al estilo de poder curar el cáncer por internet. Porque eso, además de un engaño, me parece de ser malísimas personas porque jugan con los sentimientos y la esperanza de los que se agarran a un clavo ardiendo ante el dolor personal o de un familiar.
Volviendo al tema económico, me sorprende ver la cotidianeidad de la crisis económica. Sabía que me iba a encontrar casos en mi trabajo que antes no me encontraba. Pero, tras la toma de contacto con los clientes, me llevo un extraño sabor de boca, diferente al de la bucometasana que me acompaña. Llevo dos años sin trabajar, pero esta mañana me he sorprendido de la cantidad de personas que han usado para justificar su incorriente la crisis económica, el haberse quedado en paro. Antes también había algun caso pero eran muchos menos. Además, he podido comprobar que me he ablandado mucho porque en un par de casos casi parecía una hermanita de la caridad más que una gestora de cobros. Supongo que con el paso de los días, mi oído volverá a acostumbrarse y el lado oscuro de la fuerza hará que salgo mi lado duro e incrédulo. Con un poco de rodaje y capacidad de reacción seré la gestora dura e intratable (muy educada pero que no pasa una). Seguramente que mi estado griposo también me hace más sensible y ralentiza mis reflejos, pues mi mente está como un poco anestesiada gracias al bisolgrip. Porque hoy, mis virusetes y yo hemos "disfrutado" de mi primer día de llamadas laborales. Cierto que recordaba el proceso más sencillo. Ahora tengo como varios programas abiertos y una hoja excel de apoyo, por si alguno sistema se cae o se va de vacaciones. Parezco una tortuguita comparada con la soltura de mis compis. Normal, llevo mucho sin realizar esas tareas, habría que verles a ellos cambiando pañales, batallando con el cochecito o preparando biberones. Hoy también hemos tenido nuestra primera reunión de padres en el cole donde nos han contado la metodología que van a seguir con los peques y nos han recalcado lo importante que es la colaboración de los padres en lo que se trata de reafirmar conceptos y enseñanzas. Resulta divertido ver a otros padres con peques diferentes que tienen exactamente las mismas dudas que tú. Hace que descubramos que no somos seres extraños, sino padres de peques de un año.
Veremos lo que pasa mañana. Mi medicación me reclama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario