Hoy han anunciado en la televisión que vamos a tener rachas de viento
de hasta 90 kms/h. Da un poco de miedo; pero tiene un punto de vista
muy positivo. Lo primero es que van a limpiar el ambiente tan cargado en
las ciudades, con lo que las personas podrán respirar un poco mejor. Es
posible que aumente la precaución en las carreteras y los conductores
estén más atentos a lo que les rodea y a la velocidad. Hace unos días me
ocurrió algo curioso. Iba conduciendo como todas las tardes por el
pueblo en el que vivo. Me seguía un coche a cierta distancia, cuyo
modelo no recuerdo. Tras pasar una rotonda, en la calle en cuesta, ví
que al principio de la misma había un autobús, por lo que mirando al
coche de atrás puse los intermitentes y me paré para dejar pasar al
autobús. La conductora del coche de atrás, me pasó y se topó de frente
con el autobús, por lo que tuvo que subirse a la acera, casi
atropellando a un peatón, por no esperar tres minutos a que el autobús
pasara. ¿Tenía tanta prisa? No lo sé; pero si hubiera mirado un poco más
allá, habría visto que yo me paraba no por fastidiarla sino por dejar
pasar a un autobús en un sitio en el que podíamos cruzarnos. La
conductora del autobús me dió las gracias por dejarla pasar y me hizo un
gesto sencillo con la cabeza, en referencia al otro coche, al que por
cierto, ví parado detrás de otro autobús. Su gesto no le sirvió de nada.
Supongo que iría despotricando contra su mala suerte y poniéndose
nerviosa.
Nuestros actos tienen consecuencias, los sepamos
nosotros o no. A veces tomas un camino o una decisión para evitar algo o
por conseguir algo y si no lo has pensado bien, puede que consigas lo
contrario a lo que quieres obtener. Tampoco se trata de pasarse la vida
pensando y no hacer nada. A mí, por ejemplo, me desesperan las personas
que para comprar un paquete de pañuelos van a 4 tiendas, revisan los
precios de todos los catálogos, entran en foros de internet para ver
opiniones. ¡Hija, que se te caen los moquetes, coge un pañuelo no tomes
una decisión de Estado! Los extremos siempre son malos. Y si tomas una
decisión, actúa en consecuencia y no le des mas vueltas. Hay gente a la
que le gusta dar vueltas a un tema una y otra vez. Está muy bien
intercambiar opiniones; pero tampoco hay que pasarse. ¿Os imagináis que
una persona se siente a tu lado en la calle, en el metro o en el trabajo
y empiece a decir que tiene sed, sin hacer nada para remediarlo? Tarde o
temprano, es posible que te levantes y vayas a darle un vaso de agua.
¿Qué ocurriría si después de beber, empieza a hablar de la sed que tenía
y lo repita una y otra vez? Pondría de los nervios a cualquiera. Y con
razón. Si has tomado una decisión y crees que es acertada, síguela y no
le des más vueltas. Si has hecho algo, y ya pasó, no sigas rumiándolo,
que eres una persona, no una vaca. Sé que suena un poco borde; pero es
que a veces perdemos el tiempo en ese tipo de cosas o se lo hacemos
perder a los demás, que es peor.
Me encantaría que esas rachas de
viento que nos van a visitar hoy en gran parte de la península se
llevaran ese tipo de cosas, llevándose todo lo recargado de nuestra
vida, esos estrafalarios adornos que a veces nos ponemos para aparentar
algo que no somos. Sin peligro para la seguridad, tanto de los
viandantes como de los conductores. Porque no creo que sea necesario
crear una carrera de obstáculos al más puro estilo de los videojuegos
con macetas cayéndose, ropa volando y árboles doblados. Hay que
abrigarse, ir con cuidado y disfrutar lo que se pueda de esta tarde. Los
afortunados que puedan surfear, que no corran riesgos ni se los hagan
correr a los equipos de salvamento. Pensemos que no estamos solos en el
mundo ni somos el centro de atención. Es una buena ocasión para andar
abrazados, siempre hay que sacarle cosas buenas a las circunstancias y
aprovecharlas.
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