Da mierdo poner este título a un post con la que nos está cayendo en la actualidad. Es oír, o en este caso leer la palabra "crisis" y un montón de palabras negativas vienen a nuestra mente: despidos, paro, cierre de negocios, dificultades económicas, malestar social... Y es verdad que todos esos conceptos están en la palabra crisis. Sin embargo, me resulta curiosa la idea de crisis que tienen otras civilizaciones. Por ejemplo, en chino crisis se dice Weiji. Se representa con dos ideogramas, WEI, que significa PELIGRO, y JI, que significa OPORTUNIDAD. Por tanto, entienden que la crisis, como si de una moneda se tratase, tiene dos caras. La verdad es que me gusta esa forma de ver la vida. Porque todos nos encontramos en el pasar del tiempo con diferentes crisis y dependiendo de nuestra postura, de cómo las afrontemos, nos quedaremos en el peligro o bien las veremos como una oportunidad. Nuestra vida es así, está formada por momentos y por decisiones críticas. A lo mejor no nos parece que lo sean; pero nuestras decisiones se asemejan a aquellos libros de "elige tu propia aventura" que dependiendo de lo que quisieras hacer, te ibas a una página u otra.
En estos tiempos en que parece que todo lo gestionamos, las crisis no podían ser menos. Hay gestión de proyectos, gestión de eventos... y gestión de crisis. Algunos consideran a esta última tan importante que la incluyen en los planes de estudios de algunas facultades, como asignatura, como por ejemplo en periodismo. ¿Periodistas gestionando crisis? Sí, y su aprendizaje y buena gestión es más importante de lo que podría parecer en un principio. Hay crisis que son noticia y dependiendo de cómo se exponga esa noticia, la sociedad la verá como un peligro o como una oportunidad. Quizá se vea mejor con un ejemplo. Llega a una redacción, por ejemplo, la noticia de la quiebra de un banco. En si misma, la noticia puede causar temor a la sociedad y más a los clientes del banco en cuestión. Una manera de gestionar la crisis podría ser desde el peligro, exponiendo todo el riesgo que corren los clientes de ese banco. Lo que, seguramente, produciría un descalabro mayor por lo que se suele llamar el efecto contagio. Mientras que si se informara desde la oportunidad se transmitiría cierta seguridad, indicando las medidas que el mercado y la autoridad competente está tomando para minimizar los riesgos. La noticia sería la misma pero el enfoque es tremendamente distinto. Se me ocurre que puede ocurrir con temas tan delicados como la violencia de género. No se trata de no dar la noticia, sino de cuidar el enfoque, porque, quizá si lo tratamos de un modo incorrecto podemos generar más violencia, o mas muertes. La psicoinformación es muy poderosa y tenemos que tenerla en cuenta. Recuerdo cómo hace tiempo para explicar el efecto contagio nos contaban cómo se habían incrementado los crímenes en Estados Unidos a partir del estreno de una película muy violenta o de algunos videojuegos. Nunca podemos medir la influencia que tenemos en los que nos leen por lo que hay que tener cuidado con la forma de comunicar. Ocurría lo mismo en las clases de periodismo ecológico que poco tenía que ver con escribir en papel reciclado. Informar de una catástrofe de forma inapropiada puede generar un caos mucho mayor. Quizá por todo ello entiendo lo de "Gestión de crisis" como asignatura de periodismo.
¿Se puede predecir una crisis? Entiendo que puedes estar preparado para afrontarla; pero es muy complicado predecir cuándo va a suceder. Si fuera posible, no sucederían. Y en algunos casos, eso podría ser mucho peor. Cuando uno sufre de migrañas sabe que más o menos son cíclicas y que, en algunos casos, cuanto más tarde la crisis, peor será. Puedes controlar ciertos aspectos: cuidados con los alimentos, con la temperatura del agua de la ducha, ponerse las gafas adecuadas... pero a veces, la migraña llega sin "haberla provocado". Con otro tipo de crisis puede ocurrir lo mismo. Quedarse sin trabajo, por ejemplo, puede ser una crisis para una persona. Y puede quedarse en el malestar, en el dolor, en las preguntas o bien mirar la realidad que le presenta la vida y afrontarlo. Es algo que pilla de sopetón, que en la mayoría de los casos no se espera; pero eso no significa que se vaya a acabar el mundo. El trabajo es un aspecto de la vida, importante sí, pero un aspecto más.
La crisis siempre te pilla de sopetón. Por mucho que te prepares, siempre hay un aspecto que se te escapa, algo desconocido. ¿Hay algo en esta vida que sea completamente conocido? Yo creo que cada día tiene algo sorprendente, que nos puede sorprender. Tenemos momentos críticos que nos hacen despertar de ese letargo que nos puede generar la rutina. Hasta la persona más aburrida y rutinaria de este mundo puede constatar que cada día el paso de las horas puede tener algo diferente. Momentos que pueden cambiar completamente la vida y que están escondidos en el transcurso de las horas, de los que, a veces, ni nos damos cuenta. Porque las crisis también producen cambios. Y los cambios también tienen esa vertiente de peligro y de oportunidad. Resulta paradójico que nos aterra cambiar al tiempo que nuestra vida es un cambio continuo. ¿Por qué nos aterra? Porque tenemos que elegir y eso implica discriminar, dejar algo por algo, apostar por algo. Si nos quedamos con la pérdida puede que "elijamos" no cambiar, pero en sí mismo ya es una elección, una decisión. Tomamos decisiones críticas todos los días. No lo parecen. Cuando cogemos el coche siempre solemos tener al menos dos itinerarios para ir a un sitio. Puede que dependiendo de ello nos pasen unas cosas u otras. El cambio forma parte de nuestra vida. ¿Ejemplos? El propio crecimiento, las etapas de la vida... Y sentimos vértigo con ese paso de los años. Son crisis personales. Y no son malas. Pueden ser peligrosas si nos empeñamos en permanecer igual. El paso de los años nos ayuda a crecer, a madurar... aunque algunas personas se empeñen en lo contrario... en ese caso pueden producir efectos contrarios, hasta ridículos si se me permite decirlo. A veces me sorprende ir por la calle y ver a esas chicas que quizá no llegan a los 13 y que sin embargo quieren aparentar tener 20 años por lo menos. No se dan cuenta de que cada edad de la vida es irrepetible y que ese crecer demasiado rápido puede producir que cuando tengan 24, estén hastiadas de la vida, que tengan mentalidad "vieja".
Las crisis, los cambios, aunque lleguen de improviso, son oportunidades para sacar lo mejor de nosotros mismos, de avanzar un poquito nuestro límites. Depende de nuestro posicionamiento ante ellas que nos sean provechosas o que nos estanquen o nos hundan. Se me ocurre por ejemplo la crisis que produjo Internet en la manera de entender la sociedad, la empresa. De repente (si es que se puede decir así) las personas dejaron de ser pasivas, para recuperar la comunicación a través de la pantalla que en principio valía sólo como caja tonta "escupeimágenes". Se rompía el viejo modelo de Emisor-Receptor para ser comunicación, interacción. Hay empresas que se están quedando en el peligro de esa crisis de "medios". Intentan controlar... pero es poner puertas al campo. Pueden bloquear el acceso a las redes sociales en el puesto de trabajo; pero no pueden evitar que las personas hablen. En vez de ver las oportunidades, intentar mantener una jerarquía obsoleta que irremediablemente tenderá a desaparecer; porque el ser humano es un ser social, comunicativo. Y la comunicación siempre se abre paso. Cuando viajas a un país del que desconoces la lengua y tienes hambre te aseguro que te comunicarás, con gestos, como sea; pero te comunicarás. Y puede que termines hablando ese idioma a partir de probar y de cometer errores. Con esfuerzo puede conseguirse. Como dice el refran, lo que no te mata te hace más fuerte. Es otro de los aspectos de las crisis. Pienso por ejemplo en las pruebas que hacen para encontrar materiales resistentes a los terremotos. Se van probando distintas durezas. Y con cada prueba se va aprendiendo. Las crisis en la historia personal son como esas pruebas. A veces nos endurecemos con ella, otras veces preparamos nuestras personas como si fuera un entrenamiento deportivo y poco a poco vamos mejorando nuestras marcas.
Actitud. Palabra clave en las crisis y en los cambios. No podemos esperar a que vengan otros a resolvernos la papeleta. Lo mundial empieza en la escala personal. Y depende de nuestra actitud, levantarnos cuando estamos en un bajón o hundirnos más. ¿Qué puedo hacer yo con la crisis mundial que estamos teniendo? Es algo más sencillo que estar pendiente del cuentakilómetros cuando vamos circulando para no sobrepasar los 110 km/h que nos han impuesto con la excusa de ahorrar energía, aunque algunos lo veamos que más que pedirnos nuestra colaboración la medida es para pedirnos antes la tarjeta bancaria y recaudar fondos para las arcas estatales. Más cuando es una medida transitoria, que supuestamente terminará el 30 de junio. La actitud para afrontar una crisis es algo sencillo porque sale de lo que somos realmente, de nuestra humanidad. Si no la tenemos, pueden enseñarnos muchas ideas, muchas estructuras; pero nada nos servirá. Podremos tener conocimientos; pero si no sabemos usarlos... ¿de qué nos servirán? Estaremos siempre a merced de las circunstancias, de cómo sople el viento, nuestra vida será un cúmulo de reacciones más que de acciones. No se puede controlar todo; pero sí que podemos controlar nuestra actitud. Hay cosas que nos vienen dadas y otras que nosotros mismos nos damos. Somos responsables de nuestra pequeña parcela, de nuestra actitud y del modo en que nos enfrentamos a la realidad del día a día. Podemos dar por supuesto las cosas e ir dándonos encontronazos o bien podemos dejarnos sorprender e intentar aprovechar todo para nuestro bien, hasta las cosas que nos puede parecer "malas". Nosotros decidimos si nos quedamos con el peligro o con la oportunidad.
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