
Prefiero hablar del verano que de los atracos a mano armada permitidos por el gobierno (¿alguien duda de que estoy en contra del canón?). Hoy es fin de curso en el colegio. ¿Cómo lo van a hacer los padres para compaginar trabajo y peques? La verdad, imagino que habrá que repartir el tiempo y quien pueda que se coja vacaciones. Aunque del 20 de junio al 15 de septiembre, que es cuando se vuelve, me parece que suman más de los 22 días de vacaciones que tenemos la mayoría de los curritos. Imagino que muchos peques se pasaran mucho tiempo con los abuelos (que no trabajen, porque algunos siguen trabajando pues tienen menos de 65 años), o en campamentos urbanos, en colonias o, los que tengan suerte, tendrán a sus padres o a sus madres en casa. Cuando era peque el acabar las clases significaba que al dia siguiente, el sábado había que levantarse temprano. ¿Por qué? Porque nos íbamos a la playa con mi madre y como el coche no tenía aire acondicionado, cuando antes se salía, menos calor se pasaba. Aquellas carreteras de un carril para cada sentido, aquel tener que adelantar a camiones, intentar salir cuando no había atascos, aquellas listas de juegos de palabras para el coche, porque no había radio ni cds ni mp3. De esas bolsas de panecillos con embutido para comer en el coche. Eran viajes memorables, de dormir y de cantar, de jugar al veo veo, a las palabras encadenadas. ¿Cómo se viaja ahora? De otro modo, sin duda. Ahora los niños van con los cascos puestos viendo sus películas de DVD's, con el climatizador bizona sin hacer demasiado caso al tráfico en la autopista.
¿Y el calor? Bueno, ya tocaba un poquito de calor, ¿no? No sé si se vaciarán las ciudades... no creo porque, al menos en Madrid, siempre habrá manifestaciones, huelgas y demás. Ya aparecen las terracitas y el disfrute del deporte nacional, que es hablar de los demás. Ya da gusto salir a las 19.00 de la tarde, sentarse con una jarrita de cerveza con limón a comerse unas patatas bravas o cualquier otra estupenda tapa. Ya se nota a los que padecen las alergias, y se ven a los peques paseando por las plazas, disfrutando de los areneros y de los globos de agua bajo los atentos ojos de los padres. Llegan las fiestas, los vestidos estampados y otros modelitos curiosos. Llega el temible momento bikini-bañador piscinero o playero. ¿La verdad? Yo creo que lo importante es estar bien con uno mismo, pesemos lo que pesemos. Quien quiera perder peso que lo haga pero por ellos mismos no por lo que digan los demás. Si hay que contentar siempre a los demás, somos esclavos de la opinión y vamos a vivir más bien poco. ¿Tengo sobre peso? Pues sí y si hago ejercicio es por mi, no porque los demás me digan "¡qué bien se te ve!" que es la nueva forma de decir "has engordado". Pero mi sobre peso no me va a impedir disfrutar de la playa o de la piscina cuando pueda. Si es que podemos cogernos vacaciones alguna semana. Si no se puede, no pasa nada. Puedo hacer ensaladitas para comer, como hoy, o salpicar un poco mas en la bañera cuando juguemos con Dani. Hay que estar más pendiente de ponerse crema y no dejarse las gafas de sol. Pero se agradece el calorcillo. Hay que seguir ahorrando agua, por supuesto. Hay que hidratarse por dentro y por fuera.
Lo dicho, ya llegó el verano, ¿seguro?... bueno sólo falta un signo más... se me olvidaba... Georgie Dann... sin él no hay verano.
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