viernes, 9 de mayo de 2008

BBC

BBC es el diminutivo empleado para definir al conjunto Bodas, Bautizos y Comuniones. Y de verdad que ver esas ceremonias desde fuera pueden producir unas buenas carcajadas. No es lo mismo casarse en un pueblo perdido de Valladolid que hacerlo en la plaza del Obradoiro en Santiago de Compostela. Y de verdad que no sé si traerá suerte o no ver una novia; pero el acompañamiento dá para una buena sesión de risas. Algunos vestidos costarán una pasta... pero creo que su gusto es muy particular. Vamos, pensad en las últimas bodas a las que habéis ido. ¿A que había una persona que llamaba la atención por su extraño gusto? Cuando quedamos el sábado con Oli en Santiago vimos varias bodas. Me quedo, sin duda con la de la iglesia de san Francisco. Dos vestidos eran tremendos, de verdad. Una parecía un rodillo de los túneles de lavado de coches, en rosa. Vamos, que era un vestido largo para bailar el charlestón, con diferentes tonalidades de rosa. A mi me recordó a las jarapas que venden en Almería, esas que se hacen con trozos viejos de distintas telas. Supongo que su portadora se hallaría elegantísima, pero vamos daban ganas de darle un poco de dinero para que se comprara otra cosa. Otro vestido impresionante era uno de tela arrugada, color verde lechuga, con un chal que recordaba a la tela de los sacos de arena, aunque más transparente. Pudimos verlo bien cuando nos dirigimos al parking porque iba justo delante de nosotros y la chica parecía que se iba a caer de los tacones de un momento a otro.

En estos próximos meses se producen muchas ceremonias de este estilo. Da igual que sean religiosas o por lo civil. Siempre hay alguien que desentona. Vamos que canta más que un esmoquin rosa con camisa de chorreras azul. Y me imagino la conversación con los familiares:

- Hola Menganita Osea, ¿Te gusta mi vestido? Es de marca

- Fulanita, no veas lo bien que te queda, ese color lombarda chillón, esas telas que parecen harapos, qué elegancia para llevar esas alpargatas de los chinos (no voy a dar marcas reales por no hacer publicidad)

- ¿Verdad que sí? chica es que lo vi en la tienda y me quedé encandilada, osea y además es muy útil, ¿sábes? si me pongo a bailar el Hula hop cerca del coche, lo dejo brillante, sin una mota, como si lo hubiera encerado.

- Tú sí que sabes, comodidad, utilidad y precio...

- Bueno, el precio ha sido un poco alto, este mes no he pagado la hipoteca para pagar el vestido, pero merece la pena, es la boda de la prima segunda del cuñado de mi prima tercera... había que ponerse elegante. Lo difícil es que ya no tengo más bodas, aunque claro no puedo repetir vestido porque eso no sería propio de alguien con clase, como yo.

No importa si son Bodas, Bautizos o Comuniones... lo importante es llamar la atención. Tampoco importa si eres la novia, la madrina, o el acompañamiento. Algunos quieren ser el niño en el bautizo, el adolescente en la comunión, la novia en la boda... ¿querrán ser el muerto en el entierro? No lo sé; pero su gusto deja bastante que desear. Y da igual la clase a la que pertenezcas. La "nobleza" saca sus "mejores" galas y el resto de los mortales podemos "disfrutar" con las fotos de las revistas. Supongo que los simples mortales no entendemos demasiado del gran estilismo de las marcas de categoría; pero siempre que veo esos desfiles de pamelas, de gasas y lentejuelas me acuerdo de la fábula del sastre del rey. ¿Quién les habrá engañado? Que se lo pongan los modelos en las pasarelas, vale, les pagan para ello... pero comprárselo por propia iniciativa... tremendo. Y luego además, se ganan los comentarios de la gente... porque a veces hay más mirones que invitados. Si te casas en tu pueblo, siempre apareceran las cotillas... si te casas en un sitio de "alcurnia" tendrás turistas y tus fotos de boda viajarán por todo el mundo. El sábado por ejemplo, en la boda de la plaza del Obradoiro, quedaba muy bien ver a los peregrinos "olorosos" cerca de tanto "glamour". Y eso de celebrarlo en uno de los paradores más emblemáticos de España (de los más caros) tiene que ser todo un derroche... ¿quién lo pagará? No lo sé, pero no me extraña que luego la gente se hipoteque hasta las cejas.

Lo penoso de todo esto es que el acto en sí se devalúa y estás más pendiente de lo superfluo que de lo que de verdad importa. Y así, no me extraña que haya tantos divorcios en el caso de las bodas. Porque es algo que hay que hacer no porque toque en una relación, sino porque quieres hacerlo. Yo recuerdo que en mi boda, yo estaba más pendiente de la ceremonia, de intentar vivirla lo mejor posible que con pruebas de trajes, de peinados y de otras historias. Lo importante de ese día era que iba a hacer la apuesta de mi vida, iba a decirle a la persona que quería, que la amaba, que quería pasar el resto de mi vida con él. Me daba igual 200 invitados o 20. Lo importante estaba en el corazón de los contrayentes, era algo más que firmar un papel. Y con el bautizo del peque pasó lo mismo. Era una ceremonia muy especial y tenía que vivirse así, sin alaracas o historias extrañas. No dejamos que nada lo enturbiara. No importaba el tiempo o los invitados el protagonista era Dani y era por quién mirábamos. Con las comuniones... aun no me ha tocado ninguna cercana, salvo cuando la hice yo y creo que perderse en cifras astronómicas o hipotecarse con tanto banquete, regalito, invitaciones... me parece excesivo. Es bueno juntarse toda la familia; pero creo que dejarse el sueldo de tres meses para un momento que dura, como mucho una hora... es una burrada, más con el Euribor y los precios como están.

Muchas veces se trata de aparentar, de apretarse el cinturón para poder presumir (no sé de qué) ante los demás. Penoso cuando son los protagonistas y más penoso cuando es el acompañamiento. Cada uno debe ser uno mismo y comportarse en cada momento. Tampoco veo bien que se vaya con una chaqueta de lana a la boda de un sobrino. Porque si es un acontecimiento, hay que vestir para la ocasión, cada uno con sus posibilidades; pero dejando claro la importancia del acontecimiento. Todo con gusto y sin mentir, sin nada que nos desvíe de lo esencial del momento. Yo tenía claro el día de mi boda que no quería ir disfrazada, quería un vestido que fuera con mi personalidad. Y lo encontré. Como suele decir mi marido, también es cierto que mi estatura permite lucir una serie de vestidos que otra persona no podría. Pero yo lo tenía muy claro, quería ir cómoda, ser yo misma. Y lo conseguí. Puede que tuviera menos preparación que algunos de los que fueron a mi boda; pero es que mi alegría salía de dentro, no hacía falta provocarla. Y pude comer y andar sin problemas.

En estos días veré muchas BBC... es lo que tiene vivir cerca de una iglesia y de los juzgados. Muchos de los vestidos, de los trajes, me harán sonreír... espero que los que participen en esas ceremonias, sean conscientes de lo que hacen y no se queden en las payasadas.

No hay comentarios: