Reconozco que es arriesgado el título del post. Pero estamos en
Enero, acabamos de comenzar un nuevo año y seguro que hay más de uno
intentando dejar de fumar, apuntándose al gimnasio o a una academia de
idiomas. ¿O no? ¿Quién no ha intentado adelgazar esos kilillos de más
que todos tenemos en Enero? Y ¿qué suele pasar? Que más tarde o más
temprano nos cansamos. Al igual que ocurre con los cinco estados del
duelo, con las actividades humanas pasamos por fases. Está genial tener
grandes metas a largo plazo; si no perdemos de vista que para
conseguirlas a veces hay que ir paso a paso. Por eso, el post se titula
"hoy puedes ___". No se trata de lo que pueden hacer los demás por tí,
desde el vecino latoso que podría bajar la radio hasta el mandamás de
los mandamases (creo que acabo de inventarme la palabra). Es como en los
dibujos animados de Phineas y Ferb, que siempre repiten la frase de "ya sé lo que vamos a hacer hoy".
Y repito que no tengo nada en contra de los planning a largo plazo.
Pero me parece que a veces miramos tanto hacia el futuro que no vemos lo
que hay que hacer hoy para conseguir esa meta de mañana. Puede que nos
gustara tener como una varita mágica para conseguir aquí y ahora sin
esfuerzo nuestros sueños. Por muy geniales que fueran; es posible que
nos quedáramos insatisfechos y surgiera el "¿ahora qué?".
No creo que conseguir las cosas con esfuerzo, con trabajo sea una
maldición. Más de uno, ahora mismo, le encantaría que le tocase la
lotería para dejar de trabajar. Lo que puede que ignore esa persona es
que para muchos, tener ese trabajo sería la mejor de las loterías. Es
posible que sea el precio que tenemos que pagar por no valorar el
esfuerzo, por esa "dictadura de la igualdad mal entendida" que abrió la
puerta de que todos tengan acceso a todo y que borró la oportunidad de
esforzarse y de dar lo mejor de uno mismo para conseguir ese acceso.
Estoy a favor, por ejemplo de la educación universal, lo que no comparto
es esa idea imperante de que todos deben ser universitarios. ¿Por qué?
Porque hay oficios necesarios que no necesitan a la universidad. Porque
ese pensamiento ha convertido un lugar de cultura en un aparcamiento de
jóvenes, como si fuera una especie de "el que vale, vale, y el que no a
la universidad". Y que quede claro que no estoy hablando de dinero, no
hablo de que nivel de renta, sino capacidad, de esfuerzo, de trabajo.
Hablo de expediente académico no de dinero. De dotar a los que dan lo
mejor de sí mismos, de los mejores medios.
Hoy puedes ____.
Rellénalo, haz de este post algo personal, algo que te toque. Cada uno
lo que quiera. ¿Ejemplos? Hoy puedes sonreir y dar los buenos días al
frutero. Hoy puedes sembrar una semilla en una maceta. Hoy puedes leer
diez páginas de un buen libro. Hoy puedes jugar al fútbol con los peques
que te rodean. Hay tantas cosas que puedes hacer, desde donde estás. No
es necesario ser superman y salvar una ciudad, evitar un desastre o
tener la fórmula secreta para salir de la crisis. Si está en tu mano,
estupendo; pero si no, seguro que hay algo por hacer hoy. Algo que
quizá, sólo tú sepas y que puede costarte un poquito. No te digo que lo
repitas cien o mil veces. Sino sólo hoy. Si mañana te levantas y piensas
que puedes hacer eso otra vez, por mí estupendo. No se trata de
autoayuda, de fórmulas complicadas o de ir pregonándolo a los cuatro
vientos para que te den palmaditas en la espalda o aplausos. No hace
falta. Se trata de ver la realidad y pensar algo. Darle la vuelta, a lo
mejor, a la frase de "No hagas a otro lo que a tí no te agrada". Me gusta más pensar en positivo "Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a tí".
Parece lo mismo; pero la disposición es diferente. Ya que todo lo
pasamos por el tamiz de nuestra persona, es preferible pensar en lo que
nos gusta, lo que nos agrada, lo que nos hace feliz. ¿Os habéis fijado
que los conductores que no ceden el paso, luego despotrican cuando no se
lo ceden a ellos? Y no hablemos de los que aparcan en los pasos de
peatones y luego esperan que se les deje pasar. Nos sentimos tantas
veces el centro del universo que mirar a los otros a veces nos cuesta
una barbaridad.
Cuando miramos tanto el futuro, el pasado puede
llenarse de cosas pendientes. Pero sí miramos el presente así, el pasado
se convierte en un gran libro de recomendaciones y el futuro se llena
de optimismo. ¿A qué es diferente proponerse en este inicio de 2012
aprender inglés que proponerse hoy puedo aprender 5 palabras inglesas
con su uso habitual? Si los mejores atletas entrenan cada día para
conseguir metas muy pequeñas (unas milésimas de segundo quizá en un
tiempo de atletismo o natación) ¿por qué nosotros a veces menospreciamos
los detalles pequeñitos de hoy? Ayer, por ejemplo, estuve en las jornadas
de Tuenti para community managers y me llamó la atención la
disposición, la cercanía, el pensar en los usuarios que transmitían.
Intentan con su trabajo hacer fáciles las cosas a las personas, ya sean
jurídicas como las empresas o físicas como los usuarios. Disposición
para hacer sencillo lo difícil. Abiertos a propuestas y preocupados por
escuchar a los usuarios. Una empresa gamberra,
¿verdad? Una empresa humana, que no se cree más por tener más usuarios
que otra, que no mira tanto la cantidad como la calidad del servicio y
que piensa en los otros más que mirarse a ombligo. Tendrá sus cosas
malas, por supuesto. Pero, si piensan en su filosofía y lo intentan
hacer hoy, van por buen camino y con los fallos aprenderán.
No
podemos censurar la realidad, ignorar la posibilidad de meter la pata.
Metemos la pata varias veces al día. Somos profesionales de ello. Somos
capaces de lo peor y de lo mejor. Contemos con ello, no nos
escandalicemos, sino que lo podemos aprovechar en nuestro beneficio y en
el de los demás. Hoy puedes comenzar. Hoy puedes aprender de tus
errores. Hoy puedes repetir ese intento para no fallar. ¿No lo
conseguiste hacer ayer? No pienses en mañana, inténtalo hoy. No cargues
con ello, ni cargues a los demás. Si lo puedes solucionar, adelante. Y
si no puedes, una pena y mira lo que sí puedes hacer. No pierdas el
momento presente por los fallos pasados que no se pueden remediar. Es
como cuando entregas un examen y al salir del aula te acuerdas de algo
que no pusiste. Si lo entregaste, ya está, no sigas con la mente en eso.
Ahora puedes pasar a otra cosa.
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