martes, 12 de julio de 2011

¿Las redes sociales nos hacen antisociales?

Hace unos días escuché que las redes sociales nos están volviendo antisociales. Y la pregunta se me quedó. Me afecta, no voy a negarlo. ¿Por qué? Porque me llama la atención que, quizá, nos estén diciendo que estamos perdiendo parte de la humanidad. Está genial tener amigos en las redes sociales; pero ¿quizá por ellos estamos dejando de hablar con la persona que tenemos al lado? Las redes tienen que ayudarnos a comunicarnos, facilitarnos conocer a personas que de otro modo sería imposible, conocer otras ideas, otras experiencias. ¿Pero qué nos perdemos el tiempo que estamos conectados? A veces parece que estamos más tuiteando nuestras vacaciones que de vacaciones. ¿Tendremos que buscar lugares sin wifi, 3G para estar desconectados con nuestras redes y estar pendientes de los que nos rodean, de los que comparten mesa o coche con nosotros? No sólo es eso. Nos encanta mirar la vida de los demás. Los medios convencionales venden mucho más cuando nos cuentan las triquiñuelas de las vidas privadas, somos como censores de doble cara dentro de nuestra propia torre de asalto. Nos encanta juzgar a los demás, señalar sus errores, despellejarlos vivos. Nos encanta quedar por encima, nos encanta la vanidad. Hacemos cosas no porque debamos hacerlas sino para demostrar que podemos hacerlo, que estamos sobrados para hacer eso y más, y si de paso humillamos un poco a los que nos rodean, a los competidores mejor que mejor. Las redes son un espejo de nosotros mismos, nos montamos una vida paralela, como un gran mundo alternativo donde la perfección impera. Por eso nos encanta la ficción. nos encantan las series donde el bueno se queda con la chica y el malo recibe una patada en el culo.
¿Entonces?
La realidad siempre supera a la ficción y socializarse es igual o más interesante cuando lo haces en persona. Las redes son estupendas cuando nos recuerdan que somos personas, no marcas, productos, servicios o comunidades. Somos personas de carne y hueso las que estamos al otro lado de la pantalla y cuando compartimos las ideas, cuando estamos físicamente juntas, podemos hacerlo al lado de una cerveza, una copa de vino y haciendo algo que las teclas por ahora no pueden hacer con la elegancia de los humanos: la comunicación no verbal. ¿Sabéis cómo es mi voz? Dependiendo de mi estado anímico suena de una forma o de otra. Es bueno tener gente lejos, para otra perspectiva, para una ganancia de experiencia y también es bueno escuchar a los que están al lado, de vez en cuando, sin smartphones, sin tablets... mirándoles a los ojos, escuchándoles y dejando que nuestros oídos oigan y nuestro corazón oiga.

1 comentario:

Alejo Zapico dijo...

Me gusta como expones tu reflexión.
Es cierto que las redes sociales nos pueden alejar de las personas que tenemos mas cerca y acercarnos en las distancias mas lejanas, pero al final cada uno toma la decisión de acercarse o alejarse de la "carne" de los demás.
"Redes sociales o no redes sociales, es la cuestión" diría, muy acertado un Hamlet postmoderno jajaja.
Lindo blog.
Saludos.