martes, 3 de febrero de 2009

El último reducto del periodismo

Viendo el panorama periodístico mundial está demostrado que el último reducto del periodismo libre e independiente son los blogs. En el momento en que un licenciado en periodismo (ojalá todos los que trabajan en los medios lo fueran) entra a trabajar en un medio, entra a trabajar en una empresa que tiene unos intereses bien concretos: hacer dinero. Nadie trabaja por amor al arte o porque se aburre en casa. Cuando dependes de ese sueldo para llevar adelante a tu familia, la independencia deja paso a la necesidad. Los medios se acercan a los poderes democráticos... bueno... si es que se puede hablar de poderes públicos por separado... pues la independencia de los poderes legislativo y judicial cada vez es más cuestionable. Los que tienen el poder saben los hilos que tienen que mover para que los periodistas miren para otro lado o se traguen las bombas de humo que lanzan a la Opinión Pública. Porque los hechos son sagrados... y el pan de la familia más todavía. Aunque es cierto que los hechos terminan imponiéndose a los intereses y quien dijo "digo" puede terminar diciendo "diego".

El caso es que la actualidad está dando sopresas y no precisamente agradables: las empresas periodísticas no se libran de los famosos "ERE" (Expediente de Regulación de Empleo) que es un acrónimo que queda mejor que decir que están echando a muchas personas a la calle, para intentar mantener la productividad (y los beneficios). Recientemente ha desaparecido del mercado el periódico gratuito "Metro" porque desde la empresa-madre, sueca por cierto, se ha decidido que ya no era rentable mantener una plantilla de 83 trabajadores visto los pocos anuncios que tenían. 83 periodistas, jóvenes en su mayoría, que ya engrosan las cifras de por sí, engordadas, el INEM. Los grandes grupos editoriales (Prisa, Zeta, Correo...) revisan sus cuentas e intentan echar fuera las piedras que les pueden hundir en la tempestad. Si ya era bastante difícil conseguir un empleo con la licenciatura de periodismo, ahora hay que añadirle los efectos de la crisis.

Sin embargo, sólo es necesario tener acceso a internet para transmitir ideas, contar hechos, que es realmente la esencia del periodismo, ser mensajeros, canales de comunicación, con toda la objetividad que sea posible. Cierto que, aunque no lo valoremos, tener acceso a internet (lento o rápido) es un privilegio que pocas personas en el planeta tienen. Por no hablar de que es un invento reciente. ¿Y si no hubiera internet? Mi teoría es bastante simple: el ser humano se inventaría algo para comunicarse. La historia nos lo demuestra una y otra vez. Siempre, desde el principio de los tiempos, la necesidad de comunicación ha sido la gran aliada del ingenio para conseguir objetivos, para transmitir conocimientos y llegar cada vez más lejos. Todo lo que rodea al ser humano puede ser objeto de comunicación, desde los sueños, los quehaceres, descubrimientos... Hay muchas formas de hacerlo, desde el lloro de un bebé recién nacido hasta el lenguaje más complicado. Nadie puede imaginarse a alguien que no se comunica, sería algo así como un paramecio, un ser unicelular. Los animales se comunican... y algunas plantas lo hacen a través de los colores de los que les ha dotado la naturaleza. El ser humano no se queda atrás. Los niños, por ejemplo, se comunican sin importar que unos hablén inglés, francés, italiano o alemán. Si quieren ser amigos, jugar juntos, no importa el idioma que hablen.

Los blogs aportan al panorama periodístico una frescura que no tienen los mass media, porque, salvo excepciones, a muchos "blogueros" no se les paga por sus post. Con lo que, al quitar el condicionante del dinero, se expresan noticias, hechos y opiniones de forma más cercana y libre. Cada uno de los que escribimos blogs tenemos una mirada particular sobre el mundo que nos rodea y que compartimos con aquellos que nos leen, sean de nuestra familia o no nos conozcan, estén cerca o a miles de kilómetros. Lo que por ejemplo para mí puede ser muy importante, seguramente no será de interés nacional. ¿A quién puede importarle que un vuelo de avión se retrase 20 ó 30 minutos? Al pasaje y a su familia. Si son muchos, le importará al aeropuerto en cuestión, porque al ministerio sería una gran noticia que le preocupase y tomase responsabilidad de algo. Para muchos puede ser hoy un día normal... para mí ha sido portador de una noticia triste... ha muerto una persona cuyo trabajo marcó mi infancia. Ha muerto Hans Beck. Si digo sólo su nombre, a muchos no les dirá nada, si digo que es alemán, tampoco aportará nada nuevo, pues podía llegarse a esa conclusión a través del nombre. Si digo que trabajaba en Geobra-Brandstätter, seguiría sin aportar nada. Pero... si digo que Hans Beck es el diseñador del los "clicks" primero de Famobil y después nombrados como los "clicks" de Playmobil... entonces, muchos a lo mejor no le ponen cara; pero sí que le ponen imagen a su trabajo. Somos muchos los que le debemos a ese hombre muchas horas de juego, de diversión, de echar a volar la imaginación y ser felices. Su fallecimiento pasará desapercibido en los medios, relegado a alguna de las páginas interiores. Aunque a muchos su trabajo les cambió la vida. ¿Supo él de las consecuencias de su trabajo? No me refiero a monetariamente, sino el ver la cara de un niño o de una niña montando el barco pirata, la granja, o el fuerte. Bueno, niños y no tan niños que siguen teniendo los ojos alegres, con un ligero toque de iluminación, al montar un juguete, aparentemente tan simple y que sin embargo da muchísimo juego. Hace poco descubrí que existen los playmobil funpark, algo parecido a los parques temáticos Disney, aunque más pequeños, por supuesto. Lugares donde jugar, donde ver nuevos juguetes y disfrutar. Ya me imagino a Dani corriendo por uno de ellos. Y todo porque hace tiempo una persona comunicó una idea que había tenido y apostó por ella, por un sueño al que llegó casi de casualidad. Toda una lección.

1 comentario:

maria jesus dijo...

Todavía guardo el castillo, el fuerte y el barco pirata de mis hijos, para mis nietos.Eran juguetes que lo reunian todo, divertidos, educativos, imaginativos...