lunes, 25 de agosto de 2008

Lo de dentro y lo de fuera

Lo reconozco. Muchos de los post que publico los lunes tienen su inspiración en las lecturas de la Eucaristía del domingo. Y éste no va a ser diferente. El evangelio de ayer nos presentaba una escena bastante conocida: Jesús en medio de sus discípulos les pregunta:

¿Quién dice la gente que soy yo?

y, tras oir sus respuestas, les pregunta:

¿Quién decís vosotros que soy yo?

Las preguntas se las traen, porque dependiendo de la respuesta te quedan en lo de fuera o en lo de dentro. Me explico: si alguien le preguntara a uno de mis compañeros de trabajo, puede que dijera que he sido madre y que estoy de excedencia, o que diera datos de mi altura, el color de mi pelo o mi puesto profesional. Pero si esa misma pregunta se la hicieran a mi marido, es muy posible que las respuestas fueran distintas. ¿Por qué? Porque unos pertenecen a la esfera exterior de mi vida y mi marido es de la esfera cercana, de mi círculo íntimo. Aunque yo sea la misma, las percepciones de mi persona serían bien distintas. Y eso me lleva a lo de dentro y a lo de fuera. Hay un frase que siempre me ha hecho pensar:

No se puede amar lo que no se conoce

Es importante recordarlo, porque todo depende de nuestra posición ante algo concreto. Un ejemplo: cuando yo no trabajaba en la empresa a la que me voy a reincorporar, tenía una visión bien distinta a la de ahora. La veía como cliente, no como empleado y se nota la diferencia. Si quieres conocer algo de verdad tienes que entrar "hasta la cocina", si no, puede que te digan muchas cosas; pero no tendrás una verdadera experiencia. Si quieres conocer a una persona, deberías ponerte sus zapatos y andar al menos 10 kms con ellos. Pero sobre todo, deberías escucharla lo que quiere contarte, deberías observarla y no ponerte en plan aspirina. ¿En plan aspirina? Sí, es quedarte en lo que hace, en los síntomas, sin pensar en lo que los provoca.

Lo de dentro y lo de fuera. Estan muy relacionados y se nota mucho en las actuaciones de lo que nos rodea y en nuestras propias actuaciones. Dependiendo de dónde pongamos la luz, nuestra vida será de una manera o de otra. Todos estamos en una especie de escaparate social. Nuestros actos tienen consecuencias y nuestro corazón tiene un agujero. Depende de nosotros el llenarlo con unas cosas o con otras: se puede llenar de alegría fácil, con lo que te pones en plan show y vives rápidamente: "Vive rápido, muere joven y serás un bonito cadaver". No es lo que quiero para mi, la verdad. Mucha fiesta alocada lo único que me produce es resaca. Eso es vivir hacia fuera. Lo importante es el placer, la diversión por la diversión y lo que importa es que yo me lo pase bien, sin importar si con mis cánticos de madrugada molesto a alguien. ¿Qué más da, si yo me lo paso bien? Hay otros, en cambio que quieren llenar ese corazón con más, más, más. Si tienen uno quieren mil, si tienen mil quieren un millón. Nunca están satisfechos y al final lo material les pudre el corazón. Personas que no dan ningun valor a lo que tienen, porque siempre miran lo que tienen los demás. Y claro, la posición de ser el nº 1 del ranking mundial de fortunas es algo que no es fácil de conseguir y mucho menos de mantener. Su vivir es un constante vacío por tener, tener, tener. Sólo de pensarlo me agobia.Unos y otros llenan el corazón de cosas de fuera... para no notar el vacío del interior. Y cuantas más cosas introducen en ese vacío, el vacío se hace más y más grande. Hasta que se hacen esclavos de ese vacío.

¿Entonces? Lo de dentro necesita su espacio. Saber quién soy, antes de que me importe (o no) lo que digan de mi tanto conocidos como cercanos. Eso es lo único que permite que ese vacío del corazón, que esa "vocecita" sea mas dulce y nos haga ser más felices. Un ejemplo extraño de lo que quiero explicar: los cenáculos de la madre Elvira. Un lugar, una comunidad donde los drogadictos dejan las drogas sin sustitutos ni terapias. ¿Imposible? No y por eso os pongo el link. Es un lugar donde la vida cambia y sólo con tres "herramientas": oración, Eucaristía y vivir en comunidad. Tres herramientas que les ponen en la visión interna de lo que son, de a lo que han llegado y el camino para ser lo que ellos son de verdad, sin aditivos ni cosas extrañas. ¿Funciona? Parece que sí. ¿Por qué no los conocen más gente? Porque no buscan la admiración de los demás, sino que intentan aceptar a los demás por lo que son, no por lo que tienen o lo que hacen. No es lo normal en el mundo que nos venden en televisión, en esa sociedad "inhumana" donde parece que importa más lo que haces que lo que eres. Donde te hacen subir y bajar en medio minuto. O sólo les importas en la medida en que pueden sacarte algo. Las personas son algo más.

Hay otras opciones, sólo hay que buscarlas. Cada uno debe buscar sus respuestas, dentro o fuera. Lo que crea que es lo mejor para dejar ese hastío, esa sensación de vacío que todos tenemos, nos guste reconocerlo o no.

1 comentario:

ave fénix dijo...

Pues sí Ultreia, es verdad que el vacio que intentamos llenar de lo material nunca se llena...es verdad que la oración nos levanta y nos ayuda a acercarnos más a él....y con él encontramos todos nuestros vacios llenos.
Y estoy totalmente deacuerdo contigo en que para conocer a alguien hay que conocerlo, por qué somos un conjunto de experiencias , el resultado de lo vivido...y podemos tener un mal día pero también muchos buenos.

Besitos.