jueves, 6 de marzo de 2008

Guerreros de la luz

Quienes seguimos los escritos de Paulo Coelho sabemos lo que es un guerrero de la luz. No se acercan demasiado al caballero que ilustra el post. ¿O quizá sí? En su versión moderna, un guerrero de la luz es aquel que lucha por lo que cree que es lo correcto. Que triunfa y aprende. Que fracasa y aprende. Que se cansa y aprende. Que no se deja vencer por el desánimo porque sabe por lo que lucha. Sabe cuando debe retirarse del combate y cuando debe permanecer aunque sólo quede la esperanza teológica. Puede que no sea un monje; pero medita, reza, entra en sintonía con el universo. Está en medio del mundo, en sus quehaceres diarios y busca aquello que hace latir a su corazón. Reconoce a los otros por la manera de mirar. No hacen falta palabras, ni ver la armadura, ni distinguirse especialmente de los demás. Los guerreros hacen lo que hacen sin esperar reconocimiento, sólo en busca de un ideal. Guerreros de la luz son los jóvenes de espíritu que miran el mundo y creen que pueden cambiarlo, los que se posicionan como modernos Robin Hood cerca de los más débiles, los necesitados, los pobres y los que necesitan ayuda de todo tipo. Se ejercita en el cuerpo y en la mente. Tienen criterios, pero escuchan a los demás. No aceptan un "esto es así porque lo digo yo" sino que se aseguran de lo que les dicen que es cierto, desde su propia experiencia. Hoy hablo de ello porque me parece importante saber que hay gente que valora más a las personas que su cuenta corriente. Son personas que han sido educadas en la familia y que han aprendido que la educación no es competencia exclusiva de la escuela. Complementaria sí, exclusiva no.

Algunos creen que esa denominación es un invento de Coelho para promocionarse, al igual que puede ser la orden Regnus Agnus Mundi, más conocida como RAM. Otros leen el manual como si de una biblia se tratara y otros piensan que se trata de un esoterismo peligroso cercano a la tradición Wicca. Yo creo que son caminos, diferentes caminos para llegar a la realización personal. Voy conociendo poco a poco algunos y parece que todos tienen un denominador comun, que se busca más o menos lo mismo. A unos les gusta ir por la autopista, a otros por las nacionales, a otros por los caminos de cabras, unos en coche, otros en moto, otros en bici, otros andando. No puedo creerme que haya un sólo camino para todos, viendo la tremenda diversidad de los seres humanos. O bien, puede que haya un mismo camino pero diferentes maneras de andar. Cada uno tiene su ritmo. Y quien camina puede llamarse guerrero de la luz o escudero o peregrino. A mi me gusta la imagen del guerrero, por todo lo que conlleva. Puede que lo asocie también a los ideales de la mesa redonda del rey Arturo. No importa si era redonda, cuadrada o rectangular. Ni siquiera si existió o su procedencia. Lo que importa es lo que representa. Aunque en la historia no existiera, tendría que inventarse. Y la búsqueda del santo grial representaría la búsqueda de la propia felicidad, del ideal de vida. Algunos han dado rienda suelta a lo del santo grial como un caliz que es la fuente de la eterna juventud. Otros se han dedicado a decir que es "la sangre real" o lo que es lo mismo, los descendientes de Jesús. Y otros creen que el santo grial se encuentra en Valencia después de estar en San Juan de la Peña una buena temporada.

¿Qué pienso yo? Creo que si fuera lo de la sangre real, toda la humanidad sería descendiente, porque las mezclas sanguíneas que se pueden dar en 2000 años son enormes. Como católica no me creo lo de la sangre real y lo del objeto que se venera en Valencia... pues como que tampoco, porque 2000 años son muchos y no creo en venerar un objeto. Me parece más importante lo que representa, la función que desempeña. Lo sé, con ésto me estoy cargando de un plumazo las reliquias. ¿Realmente es importante, por ejemplo, que los restos que se guardan en la catedral de Santiago de Compostela sean realmente los restos de Santiago el Mayor? ¿O que la Sábana Santa sea el verdadero sudario de Cristo? Yo creo que no. No sirve de nada venerar objetos si luego te olvidas de los que están al lado y de ti mismo. Porque el activismo tampoco sirve si no te cuidas a ti mismo, si no te conoces y pasas tiempo en silencio y soledad contigo. Puedes llevar un crucifijo enorme en el pecho, o un rosario y que no signifique nada más que un adorno. O puedes tener una relación con Dios y no lleves signos visibles. Es mejor buscar lo que nos une a lo que nos separa. Supongo que más de uno me acusaría de hereje. Puede ser. También los fariseos consideraron blasfemo a Jesus. No será la primera vez que los "poderosos" se equivocan.

Lo mejor es ser uno mismo. Seguir el camino a tu ritmo y que más te ayude a ser la persona que quieres ser, buscar las señales y luchar por tu ideal, por tu sueño. Lo importante es lo que te dices tu mismo, no lo que digan los demás, porque siempre habrá quien te anime y quien te desanime, quien te defienda y quien te acuse. Si dentro de ti estas bien, irás poco a poco o muy deprisa, pero llegarás donde quieras. Lo sepan los demás o no. No se trata de resignarse. No hay puestos mejores que otros en lo que a los órganos del cuerpo se refiere. Cada uno en su puesto puede ayudar a que el mundo sea ese lugar que todos queremos. Y... no existe la perfección. Se trata de seguir andando, aunque tropecemos y metamos la cabeza en un hoyo. No es mejor quien no se cae sino quien sabe caer y levantarse. A veces será necesario ponerse la armadura para que no afecte lo de fuera, otras veces habrá que quitársela y seguir a pecho descubierto. Lo que estoy convencida es que merece la pena ser uno mismo.

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