jueves, 21 de junio de 2012

Sacad las banderas

En la película de Piratas del Caribe (Parte III) hay un momento en que los piratas van a entrar en guerra y para motivarse unos a otros izan las banderas, cada barco la suya, diferentes pero con un objetivo común, como muestra de unidad. Me pregunto si algo parecido es lo que está pasando con la Eurocopa. Me gusta pasear por el lugar donde vivo y ver cada vez más banderas en los balcones, en las ventanas, en los coches. Sí, estamos sumidos en una crisis, económica y de valores. Parece que cada uno sólo mira por lo suyo, arrimando el ascua a su sardina, y el hecho que, aunque sea por fútbol, las personas estén olvidando sus diferencias para sentarse ante el televisor para ver el partido, es por lo menos alentador. Ya sé que más de uno pensará que es normal, viviendo donde vivo, que si fuera en otra provincia, en otra comunidad, no habría banderas. Bueno, es posible, pero en la selección de fútbol no sólo hay castellanos y andaluces, sino que también hay vascos y catalanes que se abrazan a sus compañeros cuando suena nuestro himno o que llevan con orgullo los colores y el escudo. ¿Por qué? Porque la separación es debilidad, en el fútbol y en la vida real.

¿Hay menos crisis porque juegue España? No. Lo que ocurre es que durante al menos 90 minutos, la prima de riesgo está en segundo plano. Puede ser la representación del “pan y circo”; pero también es un aliciente. En España hay talento y juntos podemos salir adelante, aunar voluntades por un objetivo común, sumando lo interesante de cada diferencia para crear un grandísimo equipo. ¿Podría ser la selección la misma sin Casillas o sin Xavi? Ser la misma, no lo sé, porque nadie es insustituible; pero lo que está claro es que más de un partido no lo habríamos ganado. O no. Es ciencia ficción porque la realidad es la que es. A lo mejor habría sido genial tener otros rivales; pero sólo con las dificultades, con los grandes retos somos capaces de sacar lo mejor de nosotros mismos. La historia de nuestro país está llena de esos momentos en que parecía que todo se iba al traste y sin embargo, con empeño y fe salieron de otra forma a la que se esperaba.

Confianza. La gran palabra que puede mover a las personas. Cuando confías en alguien, continúas aunque todo parezca en contra. La confianza no se consigue así como así ni se puede fingir. La confianza ni se compra ni se vende, se conquista. Y, podría decir que cuando se pierde una vez, no se vuelve a recuperar, al menos no en la misma forma. Este pais tiene que recuperar la confianza en si mismo, no por la clase gubernamental, sino porque podemos hacerlo. Aunque no lo parezca. Por eso es tan interesante que algo tan concreto como el fútbol pueda ofrecernos un punto de vista más allá de lo que es en sí mismo. Todo puede servirnos de señal para conseguir nuestros objetivos. Todo depende de estar centrados en mirar lo que queremos y tener un plan para conseguirlo. Flexible, dinámico, con un punto de improvisación; pero con un plan. Igual que cuando jugamos o conducimos, cuando realizamos nuestras actividades cotidianas.

Por ello, es bueno sacar las banderas y animar. Porque animándolos a ellos, nos animamos a nosotros mismos, recuperamos la confianza y la esperanza y podemos enfrentarnos a lo que tenemos que hacer con fuerzas renovadas. Nuestra felicidad no depende de otros que no seamos nosotros mismos, por supuesto. Mas, todo se puede aprovechar en nuestro beneficio, para disfrutar más, incluso de lo malo o de lo nimio. Todo vale para quien sabe mirar. ¿Dejas la bandera en casa o te arriesgas a hacer tu parte?

1 comentario:

Desde mi Atalaya dijo...

Bueno, no cabe duda que el futbol nos une y esta selección mucho más. Deberiamos de poder unirnos para vencer a esta crisis, pero aqui cada uno se safa como puede