En la película de Piratas del Caribe (Parte
III) hay un momento en que los piratas van a entrar en guerra y para
motivarse unos a otros izan las banderas, cada barco la suya, diferentes
pero con un objetivo común, como muestra de unidad. Me pregunto si algo
parecido es lo que está pasando con la Eurocopa. Me gusta pasear por el
lugar donde vivo y ver cada vez más banderas en los balcones, en las
ventanas, en los coches. Sí, estamos sumidos en una crisis, económica y
de valores. Parece que cada uno sólo mira por lo suyo, arrimando el
ascua a su sardina, y el hecho que, aunque sea por fútbol, las personas
estén olvidando sus diferencias para sentarse ante el televisor para ver
el partido, es por lo menos alentador. Ya sé que más de uno pensará que
es normal, viviendo donde vivo, que si fuera en otra provincia, en otra
comunidad, no habría banderas. Bueno, es posible, pero en la selección
de fútbol no sólo hay castellanos y andaluces, sino que también hay
vascos y catalanes que se abrazan a sus compañeros cuando suena nuestro
himno o que llevan con orgullo los colores y el escudo. ¿Por qué? Porque
la separación es debilidad, en el fútbol y en la vida real.
¿Hay menos crisis porque juegue España? No. Lo que ocurre es que
durante al menos 90 minutos, la prima de riesgo está en segundo plano.
Puede ser la representación del “pan y circo”; pero también es un
aliciente. En España hay talento y juntos podemos salir adelante, aunar
voluntades por un objetivo común, sumando lo interesante de cada
diferencia para crear un grandísimo equipo. ¿Podría ser la selección la
misma sin Casillas o sin Xavi? Ser la misma, no lo sé, porque nadie es
insustituible; pero lo que está claro es que más de un partido no lo
habríamos ganado. O no. Es ciencia ficción porque la realidad es la que
es. A lo mejor habría sido genial tener otros rivales; pero sólo con las
dificultades, con los grandes retos somos capaces de sacar lo mejor de
nosotros mismos. La historia de nuestro país está llena de esos momentos
en que parecía que todo se iba al traste y sin embargo, con empeño y fe
salieron de otra forma a la que se esperaba.
Confianza. La gran palabra que puede mover a las personas. Cuando
confías en alguien, continúas aunque todo parezca en contra. La
confianza no se consigue así como así ni se puede fingir. La confianza
ni se compra ni se vende, se conquista. Y, podría decir que cuando se
pierde una vez, no se vuelve a recuperar, al menos no en la misma forma.
Este pais tiene que recuperar la confianza en si mismo, no por la clase
gubernamental, sino porque podemos hacerlo. Aunque no lo parezca. Por
eso es tan interesante que algo tan concreto como el fútbol pueda
ofrecernos un punto de vista más allá de lo que es en sí mismo. Todo
puede servirnos de señal para conseguir nuestros objetivos. Todo depende
de estar centrados en mirar lo que queremos y tener un plan para
conseguirlo. Flexible, dinámico, con un punto de improvisación; pero con
un plan. Igual que cuando jugamos o conducimos, cuando realizamos
nuestras actividades cotidianas.
Por ello, es bueno sacar las banderas y animar. Porque animándolos a
ellos, nos animamos a nosotros mismos, recuperamos la confianza y la
esperanza y podemos enfrentarnos a lo que tenemos que hacer con fuerzas
renovadas. Nuestra felicidad no depende de otros que no seamos nosotros
mismos, por supuesto. Mas, todo se puede aprovechar en nuestro
beneficio, para disfrutar más, incluso de lo malo o de lo nimio. Todo
vale para quien sabe mirar. ¿Dejas la bandera en casa o te arriesgas a
hacer tu parte?
1 comentario:
Bueno, no cabe duda que el futbol nos une y esta selección mucho más. Deberiamos de poder unirnos para vencer a esta crisis, pero aqui cada uno se safa como puede
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